Constituye una de las principales causas de las consultas de ginecología.
Puede ser un sangrado anormal por su duración, por su periodicidad o por su cantidad.
Las causas pueden ser orgánicas como la existencia de pólipos, miomas, quistes, etc.. o funcionales, habitualmente por desequilibrios hormonales entre los estrógenos y los progestágenos.
Cuando aparece un sangrado en la menopausia(metrorragia postmenopausica) hay que estudiarlo en profundidad pues podría ser el primer síntoma de una neoplasia ginecológica.
El diagnóstico del sangrado anormal empieza por la realización de una historia clínica completa que recoja todas las características de la alteración menstrual y otros síntomas asociados(posibilidad de embarazo,toma de fármacos…)
La exploración física debe confirmar que el origen del sangrado es genital y no uretral o anal. Valoraremos el aparato genital para ver si la sangre procede del interior del útero y si el tamaño de este es grande o si hay masas en los anejos
La ecografia supone una ayuda fundamental para el despistaje de patología orgánica y para medir el grosor del endometrio. En el caso que éste sea anormalmente grueso puede ser necesaria la toma de una biopsia que nos descartará patologías graves como la hiperplasia endometrial o el cáncer
También solemos hacer una analítica general para descartar anemia o alteraciones de la coagulación y una analítica hormonal para descartar transición menopausica o anomalías en la prolactina o las hormonas tiroideas
En cuanto al tratamiento; si hemos sospechado patología de la cavidad uterina como pólipos o miomas submucosa, lo indicado es hacer una histeroscopia, que es un procedimiento sencillo y ambulatorio, para extirpar dichas patologías
Cuando se trate de un sangrado disfuncional, el tratamiento se basará en el uso de hormonas; ya sea en régimen de urgencia para cortar un sangrado excesivo o en pauta habitual para normalizar el patrón de sangrado.