Un estudio afirma que las mujeres obesas o con sobrepeso tienen mayores probabilidades de tener hijos más grandes.
No más de 12 kilos. Ese es el límite de peso que una mujer debería ganar durante su gestación. Pero, a la hora de planificar un embarazo sano, también hay que tener en cuenta el peso con el que se parte al inicio. No sólo es una cuestión de comodidad, el sobrepeso o la obesidad conllevan, además de importantes alteraciones metabólicas, un mayor riesgo de tener un bebé demasiado grande para su edad.
Así lo constata un estudio publicado en la revista científica ‘Diabetes Care’ en el que, tras examinar los datos de 10.000 mujeres embarazadas, de las cuales algunas habían desarrollado diabetes gestacional, ha constatado que aquellas con sobrepeso tienen un 65% más de probabilidades de tener bebés con más peso mientras que las mujeres obesas tienen una probabilidad del 163%. Además, si se gana un exceso de peso durante el embarazo contribuye a que el feto tenga un peso mayor al que corresponde para su edad gestacional.
«El sobrepeso antes del embarazo, la diabetes gestacional y el exceso de peso ganado durante la gestación contribuyen a la aparición de problemas durante el embarazo y el parto», afirma la principal autora de este estudio, Mary Helen Black, investigadora de la organización californiana ‘Kaiser Permanente’, proveedora de servicios de salud y seguros médicos en Estados Unidos. El trabajo también demuestra que los bebés excesivamente grandes tienen más riesgos de complicaciones en el parto y de desarrollar a lo largo de su vida obesidad o sobrepeso.
No más de 12 kilos
«Una mujer debe engordar durante su embarazo entre nueve y 11 kilos; eso es lo ideal», afirma Jackie Calleja, especialista en Ginecologia y Obstetricia del Hospital Quirón de Madrid. Explica que la salud de un embarazo no va asociada al peso. «Hay un error al pensar que cuanto más peso se gane más saludable será el embarazo y eso no es cierto», asegura el doctor quien puntualiza además que por cada mes de gestación lo ideal es ir ganando un kilo o kilo y medio.Del mismo modo, el ginecólogo José Manuel Ramón y Cajal, del Hospital San Jorge de Huesca afirma esta misma idea. «Normalmente, se debe de engordar un kilogramo al mes», para llegar a finalizar la gestación con no más de 12 kilos extra.
Complicaciones durante el parto y embarazo «Las pacientes con sobrepeso al inicio de la gestación tienen más riesgo en desarrollar diabetes gestacional y con o sin ella, más posibilidades de tener fetos grandes», afirma el doctor Ramón y Rajal. Por tanto, si ésta no se diagnostica correctamente con pruebas durante el periodo de gestación y después no se controlan los niveles de glucemia, puede que se esté desarrollando un «feto macrosoma» con posibilidades de problemas en el parto. Uno de ellos es la distocia de hombros (dificultad para que los hombros pasen por encima de la sínfisis púbica) con lo que se aumenta la mortalidad y morbilidad materno-fetal.Añade también que es importante valorar en primer lugar el Índice de masa corporal y evaluar, si hay obesidad, si puede estar producida por ciertas patologías, como ocurre en el síndrome de ovario poliquístico donde puede existir unas alteraciones en el metabolismo de la insulina. «Al inicio del embarazo se tolera bien la glucosa pero conforme avanza la gestación se producen en la placenta sustancias que hacen que la insulina trabaje peor, por tanto, hay que vigilarla», confirma el experto.
Por todo esto, el sobrepeso es algo totalmente desaconsejable durante el embarazo, asegura por su parte el doctor Calleja. «Durante el embarazo, se producen muchas alteraciones metabólicas, aumento del colesterol, viscosidad sanguínea que aumenta el riesgo de trombosis, etc. El sobrepeso lo que hace es aumentar todas estas alteraciones». Dieta y ejercicio de forma continuadaDieta equilibrada y ejercicio. Esta es la fórmula perfecta que señalan los especialistas. Concretamente, el doctor Alfonso Luis Calle, Jefe de Servicio de Endocrinología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, confirma rotundamente: «Hay que evitar el sedentarismo». Aconseja ejercicio físico diario y de forma continuada durante al menos 30 minutos al día.
En cuanto a la alimentación, recomienda una dieta equilibrada libre de grasas y azúcares añadidos. Apunta consumir un plato verde con la comida y con la cena, terminando con una pieza de fruta y con tres lácteos diarios. Además, puntualiza: «la fruta debe tomarse entera, no en zumo». Explica que en contra de lo que la gente piensa, los zumos no son tan saludables, pues aunque sean naturales, pierden la fibra intacta que tiene la fruta y disminuyen los valores antioxidantes. Por su parte, el doctor Calleja recomienda 2000 calorías diarias y evitar grasas saturadas, fritos, especias, así como comer carne y pescados hervidos, asados o a la plancha, eliminando totalmente los empanados o los estofados.